
AdN
Agencia de Noticias Colima

Ixtlahuacán

Fueron muchos los grupos étnicos que habitaron el estado de Colima. En el caso de Ixtlahuacán, las ruinas prehispánicas particularmente las tumbas de tiro cercanas a Chamila y a la gruta de San Gabriel, localizadas en este municipio, dan evidencia de que uno de los grupos étnicos que habitaron el lugar fueron los nahuas; dichos terrenos ahora forman parte de la atracción turística de este municipio. Otro rasgo determinante es que varios nombres de las poblaciones son de origen náhuatl, tales como: Zinacamitlán, Tamala, Chamila, Jiliotupa, entre otros.
Historias
En lo referente a la conformación religiosa, la evangelización de esta región se dio por la incursión de los frailes franciscanos, destacando Martín de Jesús O. de la Coruña y Chávez y su compañero, el clérigo Fray Francisco Pastrana. La religión católica fue instaurada en esta zona desde la Conquista de los españoles, alrededor de los años 1500-1566, misma que, hasta el momento, se sigue profesando mayoritariamente. La primer parroquia se construyó en su poblado más importante; se considera que en esa época, el centro político de esta región estuvo en el poblado de Chamilán (hoy comunidad de Chamila), y que en 1566 perteneció a la Real Corona española; para 1680 la población indígena de este lugar estaba constituida por 176 personas. Las fiestas que se celebraban eran Los Santos Reyes (su fiesta titular), La Transfiguración, Día de Nuestro Padre San Pedro, La Natividad, Día de la Concepción, fiesta de San Nicolás y Aniversario de los Cofrades. En el período de 1685 y 1778 aproximadamente, el poblado de Ixtlahuacán se constituyó en el centro más importante de la región, razón por la cual se ubicó ahí la nueva parroquia de Los Santos Reyes de Ixtlahuacán. Algunos datos históricos importantes, relativos a este municipio, son, que pese a la importancia de la zona, tuvo que pasar poco más de un siglo desde su conquista, para que se instauraran los primeros centros de salud ubicados en las comunidades de Acautlán, Chamilán, Ixtlahuacán, Malacatlán y Tamalán.
En lo que respecta al crecimiento económico inicial, se instalaron pozos con el propósito de hacer sal en La Manzanilla, lo cual desarrolló la actividad económica y social de la zona. A inicios del siglo XIX, hubo nociones acerca de la influencia de los dirigentes católicos en la población de indígenas; tal es el caso del cura Antonio Félix Barcárcel, señalado por su maltrato a esta gente, lo que generó en los creyentes dispersión y actitudes hurañas hacia los nuevos clérigos. Otro suceso significativo fue la participación en la lucha por la Independencia de México, lo cual propició un levantamiento en armas de los naturales de Ixtlahuacán; en respuesta, fueron atacados rápidamente por los Realistas de Colima, destruyendo e incendiando la cabecera municipal. A partir de ese momento, la trayectoria política del municipio fue inestable durante muchos años, a tal grado, que en 1928 llegó a desaparecer como municipio, y en 1950, al mismo tiempo que se le restituyó la categoría, se reestructuró territorialmente siendo anexada la parte sur (Cerro de Ortega) al municipio de Tecomán.
Toponimia
Ixtlahuacán es un vocablo náhuatl que significa “Lugar desierto, sin árboles ni habitaciones, tierra plana, valle". Se identifica con un rectángulo horizontal y lleva unos ojos dentro o fuera de éste, en su conformación prehispánica (SEGOB-INAFED, 1999). En la conformación del estado, Ixtlahuacán fue uno de los primeros ayuntamientos y en aquel entonces su nombre era "Ixtlahuacán de los Reyes", que deja ver la hibridación entre la cultura náhuatl y la católica, pues al nombre original se agrega la connotación a los Reyes de Oriente (o Reyes magos) porque la parroquia del lugar se dedica a ellos.
Principales localidades
El municipio está conformado por diez localidades: Ixtlahuacán, cabecera municipal y que lleva el mismo nombre; Las Conchas; Agua de la Virgen; Zinacamitlán; La presa; La tunita;Las Trancas; Tamala; Chamila, donde se localiza un cementerio prehispánico de 300 años d.C.; San Gabriel, donde se localizan unas grutas que se explotan turísticamente por su gran cantidad de estalactitas y estalagmitas; y, El Plan del Zapote.




Manzanillo fue el tercer puerto que crearon los españoles en el Pacífico y en el desarrollo de su historia se encuentran hechos y personajes muy importantes. Es así como encontramos que el 30 de octubre de 1533, Hernando de Grijalva, zarpa del puerto de Santiago en los bergantines "San Lorenzo", descubriendo el archipiélago de Revillagigedo; el piloto era Martín de Acosta, que se había separado en el bergantín "La Concepción", que capitaneaba Diego Becerra de Mendoza. Un hecho primordial para el desarrollo de todo el estado es el sucedido en 1569, cuando Álvaro Mendaña, al regreso de su viaje a las islas Salomón llega a Santiago, se reabastece y regala a los pobladores la palma de coco, quienes empiezan a explotar su potencial, aumentando su productividad con la llegada de esclavos chinos, quienes trajeron conocimientos novedosos para los colimenses, aun cuando su llegada fue como esclavos
Para mayor información del escudo de Manzanillo, ver el artículo: Escudo de Manzanillo
Toponimia
A Manzanillo le impusieron ese nombre los españoles, ya que cuando llegaron a esta costa, encontraron muchos árboles de manzanilla (Ippomane mancinella), que es un árbol euforbiácea, de fruto venenoso y que cuando se está mucho tiempo cerca de ella produce urticaria; así, al ver la gran cantidad de árboles que había en esta zona y ante la necesidad de bautizar el lugar, los españoles decidieron ponerle Manzanillo; sin embargo, en lengua náhuatl, el nombre de Manzanillo es Cozcatlán, de Cozcatl (collar o gargantilla) y Tlan (lugar), que significa "Lugar de joyas, collares, gargantillas" o también "Donde se hacen collares"; a juzgar por los hallazgos arqueológicos de la región. De hecho, se decía que Salagua era proveedor de perlas o joyas a los mexicas durante el siglo xv hasta la llegada de los españoles (Brust, 1993).
De aquella frase que describe a Colima como “Mar y palmeras al pie del volcán”, a Manzanillo le toca únicamente la parte del mar y de las palmeras, porque del volcán sólo se alcanza a ver una ínfima parte de su pico desde el Cerro del Toro (el más alto de Manzanillo). Lo que sí abunda en el municipio son las palmas, que se mecen al compás del viento proveniente del océano Pacífico; éste baña sus dos bahías, Manzanillo y Santiago, cubiertas por arena negra debido, precisamente, a su origen volcánico.
Historia
De la historia de Manzanillo hay mucho qué contar; se sabe que una actividad importante para los grupos prehispánicos asentados en Manzanillo fue trabajar la cerámica, la elaboración de figuras y los talleres de concha y caracol para la manufactura de collares; esto permite suponer que existían buzos que recolectaban perlas para esta actividad, principalmente en el antiguo puerto de Salagua, en donde se estableció, en la época prehispánica, un grupo indígena en un pueblo llamado Tzalahua.
En 1522, el capitán Gonzalo de Sandoval llega hasta el puerto de Salahua, donde recorre y explora el litoral, pero es hasta el 24 de julio de 1527 cuando Álvaro Saavedra Cerón, reconoce y explora por primera vez las bahías de Manzanillo. En la época colonial, Manzanillo se constituyó un importante centro naval, pues aquí se construyeron los navíos que salieron en la expedición mandada por Hernán Cortés con destino al mar de Bermejo, buscando la conquista de las Californias, en 1531; además, fue punto de partida de numerosas expediciones marítimas por el océano Pacífico y a él arribaba la Nao de China, procedente de Filipinas, con su valiosa carga de productos orientales


